La medida busca incrementar en 10 céntimos por litro la carga fiscal sobre este combustible, con el objetivo de igualarla a la tributación de la gasolina. Este ajuste supondría un incremento del 25% sobre el impuesto actual.

Intento de aprobación y compromisos con la Unión Europea

Esta no es la primera vez que el Gobierno intenta impulsar esta medida. En noviembre pasado, la propuesta fue rechazada en el Congreso de los Diputados debido a la falta de apoyo parlamentario. A pesar de ello, el Ejecutivo evalúa la posibilidad de aprobar el aumento mediante un Decreto-ley, con el fin de cumplir los compromisos financieros adquiridos con la Unión Europea y recibir el quinto paquete de ayudas.

El sector del transporte rechaza el incremento del diésel

Las principales organizaciones nacionales del transporte por carretera han manifestado su oposición unánime a la medida, argumentando que su sector es el más afectado por el incremento fiscal.

Según datos oficiales, en España se consumen más de 25.000 millones de litros de gasóleo de automoción al año, y casi la mitad de este volumen corresponde al transporte profesional.

Ante esta situación, si el Gobierno decide seguir adelante con la subida, las asociaciones de transportistas planean solicitar a los grupos políticos que bloqueen la propuesta en el Parlamento. Además, no descartan movilizaciones como medida de protesta.

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