Concretamente se trata de un Renault Trucks D Wide Z.E. de preserie de 26 toneladas, que lleva trabajando desde el mes de junio en el municipio de Meyzieu.

Para el fabricante, la electromovilidad es la respuesta al problema de la calidad del aire y la contaminación acústica en las ciudades, y una de las respuestas a las emisiones globales de CO2.

Por ese motivo, la tecnología eléctrica es una solución perfecta para la actividad de recogida de residuos. Los ciclos de utilización de estos vehículos suponen numerosas paradas y arranques (de 300 a 800 por ruta), lo que conlleva un alto consumo de combustible y emisiones de partículas, además de un desgaste acelerado del sistema de frenado. Los vehículos eléctricos utilizan el motor para la desaceleración, reduciéndose el uso de los frenos y las emisiones asociadas.

En esta línea, el Renanult Trucks D Wide Z.E. de 26 toneladas está equipado con un motor eléctrico instalado entre los ejes, una interfaz que hace las funciones de toma de fuerza y gestión electrónica para elementos de carrozado del camión, del cual se ha encargado la empresa Faun Environnement, que ha acoplado una bomba hidráulica a la interfaz estándar para alimentar los sistemas del vehículo y ha trabajado en la optimización de la masa de la carrocería para compensar el peso de las baterías. También ha llevado a cabo modificaciones en el circuito hidráulico con el fin de reducir la contaminación acústica y ha trabajado en la insonorización de la zona posterior para confinar el ruido provocado por la caída de los residuos del volquete.

Con todo, este vehículo es el primero de preserie de la gama de camiones eléctricos Renault Trucks. Se ha desarrollado con la participación de la Agencia Francesa del Medio Ambiente y de la Gestión de la Energía (ADEME)

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