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Editorial Javier Pedroche: ¿Ahora sí?

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El cambio de denominación del antaño Ministerio de Fomento por el de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana ha sido bien recibido, tanto por la representación española de la industria automotriz como por los transportistas.

Los primeros, por la inclusión de la Movilidad en una cartera ministerial en la confianza de que sea un paso decisivo para establecer una estrategia coherente que permita el desarrollo de la industria automotriz como sector económico estratégico. Un aspecto que es precisamente lo que demanda el sector del transporte, que finalmente sea considerado como estratégico para la economía española. Una vieja demanda sin contestación durante décadas.

Ese entusiasmo, entre la confianza y la esperanza, contrasta, sin embargo, con el hecho de que al frente del “nuevo” Ministerio siga al anterior titular de Fomento, José Luis Ábalos, secundado por el Pedro Saura como secretario de Estado, que repite como número dos del ministro.

Con ello, la duda que nos asiste de primeras es si el cambio de denominación ministerial pretende realmente un cambio de rumbo en la política socialista en cuanto al transporte, o si solo se trata de una labor de maquillaje y de contestación al compromiso adquirido por la entonces secretaria general de Transporte, María José Rallo, al anunciar en la asamblea general de ASTIC el cambio nominal y estructural.

Tampoco sirvió para despejar dudas la primera intervención de Ábalos en su toma de posesión, que solo hizo alusión al sector dos veces, una casi al final cuando apuntó que el título de Transportes añadido es una forma de poner en valor la actividad económica que desarrollan los transportistas y al reconocer la revolución tecnológica por la que atraviesa el sector.

Dentro del carácter transversal de la nueva cartera Ábalos quiso quitarse de encima la percepción única de constructor de infraestructuras que ha tenido este Ministerio tradicionalmente, aunque descartó que la acción constructora vaya a pasar a segundo plano. Y en este sentido nos preguntamos cómo va a enfocar la movilidad, un concepto lo suficientemente amplio y que requiere de políticas globales que no solo dependen del nuevo Ministerio, sino la coordinación con otros actores que influyen de manera decisiva.

El nuevo Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana representa, como reconoció el propio ministro, el 80% de la inversión pública del gobierno, con lo que su responsabilidad sobre infraestructuras y vivienda va a requerir una partida presupuestaria importante y, por consiguiente, una atención especial. Recordar la intención del anterior gobierno de implantar el pago en las autovías como compensación por la liberalización de determinados tramos de peajes o el sempiterno tema de la Euroviñeta, nos sirve de toque de atención de cara a posibles medidas a tomar.

Nos satisface que el Transporte, como tal, regrese al Consejo de Ministros, y habrá que confiar que los actuales representantes del sector en el Comité Nacional consigan la interlocución necesaria que permite el desarrollo de una actividad crítica no solo para la economía en general sino para la vida diaria, porque no olvidemos que el 80% de los productos que consumimos han llegado en camión.

 

JAVIER PEDROCHE

Director

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Camión Actualidad

Equipo de redacción de Editorial Primera Linea para la Web de CamionActualidad.es

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